Atrapados en este Mundo

Hubo un pensador, uno grande, que una vez dijo que la muerte de un hombre es una tragedia pero la de millones una estadística. El tipo no me hubiera caído bien, pero sus palabras no dejan de ser verdad.

Igual que todo en la vida, los grandes problemas dependen del lente y cercanía a los mismos. Los que estamos lejos del problema lo vemos como algo surreal, que no nos afecta pero que tememos a tal grado de ocultar nuestra humanidad. Los que sufrimos el problema lo sentimos como una dentellada al alma que el destino arranca y escupe después de magullarla. Los que estamos de frente sufrimos la más grande tragedia, en donde teniendo el conocimiento y el deseo, no podemos resolver quebrándose nuestro ser en pedazos de impotencia.

Estamos atrapados en este Mundo, uno en donde las leyes de la naturaleza imponen que algún día deberemos partir y dejarlo. Tememos ese día y ese temor primitivo nos impulsa, de manera desmedida, a buscar un asiento en un futuro, un futuro que no nos pertenece pero del cual somos artífices. Vivimos temerosos, más preocupados en juzgar nuestro trabajo que en hacerlo y eso nos hace perder la perspectiva.

La vida, tal y como nos fue dada, no es más que una pequeña parte en la escala de una obra universal. Nuestros padres nos dieron un pasado para que nosotros creemos un futuro y algo más. El presente es nuestra paga, una muy buena si se sabe aprovechar.

La vida en este Mundo va a continuar. Con o sin nosotros a guisa individual. Si queremos acceder a la eternidad tiremos el lastre del temor y no vivamos de manera individual; colaboremos en formar un futuro que nuestra especie pueda aprovechar. Pues en el ser de nuestros hijos nuestra vida correrá y al formarlos debidamente, con sensatez y humanidad, estaremos logrando la inmortalidad.

f. Un Amigo

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