Termina el 2016, qué nos trajo Santa?

Nuevamente, sentado con mi amigo (imaginario) nos ponemos a hacer un recuento de lo que el 2016 nos deja en cuanto a tecnología.

-Sabés, -me dijo aquel- este año si que ha pasado sumamente rápido. No sé si lo que te voy a preguntar es siquiera correcto. Qué has visto vos que valga la pena?

Un poco consternado por la pregunta salida tan de la nada, me quedé pensando. Realmente me tomó un buen rato hacerme de una respuesta que valiera la pena pero al fin, pude responder de la siguiente manera:

-Fijate vos que lo que yo he logrado percibir es que estamos en una especie de coyuntura. No hay nada que tecnologicamente sea totalmente viable, a mi parecer, sino mas bien son como conatos de algo por venir.

»He visto como estamos migrando desde un mundo donde todo es al tantiómetro a otro donde todo está medido y sumamente controlado. Como vamos empezando a medir hasta los respiros que damos y esa medición uniendola con quinimil mediciones más, le aplicamos modelos estadísticos y matemáticos para poder determinar no solo lo que está pasando sino que también podemos predecir lo que va a pasar.

»Vienen cosas como el famoso Internet of things que al parecer es el motor físico más grande de esta carrera por predecir todo; y me refiero al motor físico porque el motor lógico es todavia más grande y difícil de vislumbrar. El Internet of things (o IoT en corto) es simple y llanamente un listado interminable de actuadores y recolectores de información que se conectan a través de Internet. Los recolectores  alimentan algún repositorio centralizado donde computadoras trabajando en paralelo digieren dicha información, la procesan y toman decisiones para que los actuadores actuen.

-Pero -me interrumpe, a lo que hago una seña para que me deje continuar- …

-Viendo estas cosas -continuo- percibo como que cada vez vamos perdiendo un poco más de nuestra privacidad y con ella, quizá, hasta nuestra humanidad. Los pequeños y ubicuos recolectores de información alimentan la base de datos que sabe donde estamos y donde estuvimos y los algoritmos pueden llegar a predecir a donde vamos a estar.

»El resultado de esta invasión a la privacidad no es nocivo desde el punto de vista que su objetivo es lograr una mayor eficiencia en la utilización de recursos. Que te parecería, por ejemplo, que a la entrada de la calle al Boquerón hubiera un contador de vehículos? Con dicha información digerida por un buen algoritmo un buen restaurante podría determinar cuantas tortillas hay que hacer y en qué momento.  Habría  ahorro del tiempo del comensal, ya que la tortilla estaría lista cuando se requiera de ella y se ahorraría recurso ya que podría minimizar el desperdicio.

»Si a esta idea básica empezamos a meterle un poco de mas datos y modelajes estadísticos, podemos empezar a hacer correlaciones que harian todavia más fina la predicción. Podriamos empezar a determinar no solamente cuantos carros, sino también su modelo y año. Con esa información, unida al valor del carro, pudieramos prededir una distribución de comensales en los distintos niveles de restaurante.

»También podemos irnos un poco más hacia adentro. Qué tal si ponemos un hotspot WiFi a la entrada de la carretera?, solo para que capte las MAC de los teléfonos celulares. Con esa información hasta podemos saber quienes viajan en dicho vehículo. Si el sistema tiene acceso a saber donde estuvieron dichas MAC, podemos saber por vehículo el perfil y los gustos…

Me quedo un momento en silencio. Recupero el aliento y continuo.

-“… and one ring to rule them all” -repito en mi espanglish. Creo que en este momento estoy empezando a entender la idea de Googl*. Es un hecho que quien tiene la información tiene la llave a la sociedad actual. Y no solamente a la sociedad, sino que al individuo.

Dejando un espacio de silencio, digo ya en voz baja:

-Si nada pasa en el camino, podemos decir que estamos empezando el camino a la sigularidad y esto… -volteo a ver a mi amigo que ha puesto cara de nuegado– …

-Mira maje -me dice con cierto aire de desprecio- te estaba preguntando por los televisores del 2016, a ver cual debo comprar este año.

Nuevamente doy por sentada mi enorme incapacidad de leer el ambiente.

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